Una mujer casada, Megu, que se enteró de la existencia de una cuenta antigua mientras miraba las redes sociales. Por curiosidad, la ruina comienza cuando entras en contacto con fanáticos de los eventos. Se le priva de la conciencia, se le infunden placeres no deseados, se retuerce en éxtasis, sea consciente de ello o no, y además, se le convierte en un muñeco duro, rápido y travieso. Debería ser sexo dulce, pero eso es un gran error. Es un extraño el que está comprometido. La apariencia de una mujer casada que estaba nerviosa porque le inyectaban semen en la vagina era una belleza pervertida.
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